top of page
No hay etiquetas aún.

BÚSQUEDA POR TAGS: 

POSTS RECIENTES: 

SÍGUEME:

  • Facebook Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • Instagram Clean Grey

Cabeza de humano y patas de ave


Vamos a hablar de tí y de mí, o de mí y de tí, o esta bien, de los dos. el número dos, número destinado para el amor, es decir para tí, porque tú significas eso.

Para dos objetos, dos personas, dos momentos, dos encuentros que coincidieron en la misma hora, el mismo minuto, el mismo segundo, imagino tus dos patas bastante horrorosas por cierto, alargadas, paliduchas, intrometidas entre el tumulto de humanos caminando hacia el mismo sitio justo en aquel momento en que quise deternerme a sujetar mis cordones que andaban sueltos, y que ademas tuve que huntarme las manos de barro y charco a la vez en aquella noche de lluvia.

Y justo cuando quiero dar un vistazo hacia el cielo para asegurarme de que no habría nada encima mio, te encuentro a tí, unas patas de animal, todas enbutidas en un traje de hombre, y quiero levantarme del suelo pero ver esta rareza me hace quedarme allí, congelada, muda, y te das cuenta que te ví, me viste, nos vimos y quisiste evitar aquel incomodo momento, con tu cara tan dulce, cara de humano y patas de, no quiero decir, eras extraordinario, elegante, wao, aun me cuesta recordar esto; y no podía evitar pensar en tus características, y darme cuenta que tu sola presencia podia irradiar una vibración particular, y aunque no podiamos siquiera pronunciar una sola palabra, pude sentir lo especial que eras, tus movimientos, tu olor fuerte, tus manos escondidas debajo de unos guantes, y todo envuelto en un abrigo de tonos claros, lo recuerdo perfecto. Y pudiste decirme algo, cuando al cabo de unas horas eras íntimo mío, una copa, otra y al fin me contaste cual era tu rareza, ese elemento extraño que se escondías bajo ese traje, pude descubrir que eras absolutamente anormal, pero intensamente encantandor, sin planearlo tus palabras podían penetrar hondo y sentirlas como una melodía que se desliza pasando por la cutis y hasta llegar a tus huesos que lograba sentir en una temperatura tan agradable que hasta pierdía el hilo de lo que decías para concentrarme en esa vibración que conjugaba con el vaiven de tu mandíbula, en fin, podía esas manos tuyas asperas y al librarte de tu abrigo, justo en el pecho observarte lleno de colores liderados por ese azul penetrante, azul con olor a azufre, azul vibrante, azul tú y para no edulzarte mas el oído, terminaré por hacerte recordar esos brazos, bueno digo plumas, todas extendidas, mi vista favorita, un firmamento lleno de estrellas.


bottom of page